Una muestra en el FAD de Barcelona reivindica el valor de la basura y de los desechos como fuente de inspiración
De lo matérico a lo conceptual; del pop a lo directamente fantástico; de
la pintura a la escultura; del video al collage... el Festival
Internacional de Reciclaje Artístico Drap-Art reúne todos los géneros y
formatos, incluido un mándala gigante compuesto por productos adquiridos en
grandes superficies comerciales que la artista Stephanie Senge realizará en la
plaza dels Angels, frente a la sede del Fomento de la Artes y el Diseño (FAD).
Allí tiene lugar esta exposición que pretende "reivindicar una economía
diferente, verde, sostenible y, sobre todo, real", según Tanja Grass, actual
presidenta de Drap-Art.
Nacido como Maratón de creación y reciclaje, proyecto concebido y
desarrollado por Grass en 1996, y posteriormente acogido por el FAD, el
festival busca una reflexión sobre el consumo, sobre los hábitos de nuestra
sociedad devoradora, a través de la intervención artística sobre materiales de
deshecho. O, dicho de un modo menos eufemístico, de basura. La selección final
de 30 piezas -de entre las más de 300 propuestas que se han recibido este año-
se expondrá en el FAD hasta finales de mes.
Ayer se conocieron los nombres de las dos obras ganadoras: la de la
mallorquina Isabel Servera, un trabajo de extraordinaria meticulosidad que
revaloriza el trabajo artesano y lleva por título Brisas núm. 1240 (Última
Hora, 5/2/2011). Es el resultado de cortar manualmente una franja vertical
de unos dos milímetros de cada página de la revista que da título a la obra y
colocar las tiras una al lado de la otra para dar la idea de una suerte de
código de barras de papel. El premio al mejor artista emergente lo obtuvieron
los miembros del grupo Éter (Leonardo Amico y Constanza Manescau) con Móvil
1, una escultura realizada con cazuelas y cucharas que se mueven con un
sistema de motores y sensores. Todo ello, obviamente, rescatado del reciclaje.
Del conjunto, que bebe de cierta tendencia del arte actual a revalorizar
los deshechos como material de inspiración, sorprende la variedad y la calidad.
Si La momia de los números, de José Antonio Elvira, es una escultura
humana de tamaño natural realizada con restos de tiras de hierro de un
chatarrero, Inteligencia artificial, del diseñador y artista Alberto
Carvajal, se arma como una potente escultura plana realizada con bloques de
motores serrados a franjas, que dejan al descubierto pistones y válvulas como
si de un paisaje robótico se tratara.
Otra pieza destacable es SuperWomanShiva de Karol Bergeret, parte de una
colección de esculturas iluminadas sobre tablas de planchar como homenaje a las
madres trabajadoras. Bergeret, además, invita a las mujeres a ceder su rostro
para explicar sus experiencias y aportar documentos que también se expondrán.
Otros artistas como Rubén Iglesias o Joaquim Falcó y Meritxell Tembleque, del
Estudi Comglass, utilizan para sus esculturas elementos matéricos como palés de
madera y papeles de revistas, catálogos y periódicos, en el primer caso, o una
repetición de botellas manipuladas, en el segundo.
La intervención en el espacio público de Stephanie Senge tendrá lugar el
próximo jueves. Una vez construido el mandala gigante los productos se
regalarán a una entidad benéfica. Tanja Grass considera que "justamente
porque en época de crisis el reciclaje es más necesario que nunca, el interés
por Drap-Art es creciente". "Las acciones de muchos colectivos y las
obras de distintos artistas en todo el mundo demuestran que una economía
sostenible es posible", añade.
El FAD también acogerá estos días la segunda feria de arte y diseño
Drap-Boutique, en la que se venden objetos de consumo realizados con material
reciclable.
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