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lunes, 14 de junio de 2010

DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

a) Hay necesidad de signos de puntuación en la escritura, porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro el significado de las cláusulas. Los que se usan en castellano son estos: coma (,), punto y coma (;), dos puntos (:), punto final (.), puntos suspensivos (...), principio de interrogación (¿), fin de interrogación (?), principio de admiración (¡), fin de admiración (!), paréntesis ( ), diéresis o crema ( ¨ ), comillas (« »; "), guión (-), raya (—), dos rayas (= ). La coma, los puntos y paréntesis indican las pausas más o menos cortas que en la lectura sirven para dar a conocer el sentido de las frases; la interrogación y la admiración denotan lo que expresan sus nombres, y la segunda, además, queja, énfasis o encarecimiento; la diéresis sirve en unos casos para indicar que la u tiene sonido (§ 1.8.1A, 2.°) y en otros se puede emplear para deshacer un diptongo; las comillas señalan las citas, o dan significado especial a las palabras que comprenden; el guión es signo de palabra incompleta; la raya lo es de diálogo, o de separación de palabras, cláusulas o párrafos; las dos rayas solo se usan ya en las copias para denotar los párrafos que en el original van aparte.

b) De la coma. 1. ° El nombre en vocativo llevará una coma detrás de sí cuando estuviere al principio de lo que se diga, y en otros casos la llevará antes y después; p. ej.: ¡Cielos, valedme!; Julián, óyeme; Repito, Julián, que oigas lo que te digo.

2. ° Siempre que en lo escrito se empleen dos o más partes de la oración consecutivas y de una misma clase, se separarán con una coma para que al leerlas haya de hacerse una leve pausa que separe su sentido, a excepción de los casos en que mediare alguna de las conjunciones y, ni, o; como Juan, Pedro y Antonio; sabio, prudente y cortés; vine, vi y vencí; NI el joven NI el viejo; bueno, malo o mediano.

3. ° Dividense con ella los varios miembros de una cláusula independientes entre sí, vayan o no precedidos de conjunción: Todos mataban, todos se compadecían, ninguno sabía detenerse; Al apuntar el alba cantan las aves, y el campo se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura.

4.° Cuando una oración se interrumpe, ya para citar o indicar el sujeto o la obra de donde se ha tomado, ya porque se inserta como de paso otra que aclara o amplía lo que se está diciendo, tales palabras, que suspenden momentáneamente el relato principal, se encierran entre dos comas; v. gr.: La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades; Los vientos del sur, que en aquellas abrasadas regiones son muy frecuentes, ponen en grave conflicto a los viajeros.

5.° Por igual motivo suelen ir precedidas y seguidas de coma las expresiones esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante y otras parecidas: La enfermedad parece grave, es decir, más grave de lo que esperábamos: Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron por entonces.

6. ° Cuando se invierte el orden regular de las oraciones de la cláusula, adelantando lo que había de ir después, debe poner-se una coma al fin de la parte que se anticipa; v. gr.: Donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamiento alguno. Como el orden regular de este ejemplo de Cervantes, Quijote, I, 37, seria: No hay encantamiento alguno donde interviene conocerse las personas, importa para la claridad que se haga una breve pausa en personas, la cual se indica con la coma. Pero es de advertir que en las transposiciones cortas y muy perceptibles no se ha de poner esta señal.

c) Del punto y coma. 1. ° Cuando los miembros de un período constan de más de una oración, por lo cual o por otra causa llevan ya alguna coma, se separarán con punto y coma unos 6 otros; por ejemplo: Vinieron los aquilones de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles, llevándolas, ya rodando por la tierra, ya volando entre nubes de grueso polvo. Se guareció el rabadán en su cabaña, y el labrador en su alquería; la nieve, descendiendo espesa sobre el monte y el valle, borró los matices del suelo, toda la variedad riquísima de la Naturaleza.

2. ° En todo período de alguna extensión se pondrá punto y coma antes de las conjunciones adversativas más, pero, aunque, etc.; verbigracia: Salieron los soldados a media noche y anduvieron nueve horas sin descansar; pero el fatal estado de los caminos malogró la empresa. Cuando la cláusula sea corta, bastará una simple coma antes de la conjunción; como en Vendrá, pero tarde; Lo hizo, aunque de mala gana.

3.° Siempre que a una oración sigue, precedida de conjunción, otra oración que, en orden a la idea que expresa, no tiene perfecto enlace con la anterior, hay que poner al fin de la primera punto y coma, según lo aclarará el ejemplo siguiente: Pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artillería; y se observó que uno solo, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio, se rindió a la merced de los españoles (Solís, Historia de Nueva España, III, 7). Si después de la palabra artillería solo se pusiese coma, la oración y se observó, etc., vendría regida de la preposición hasta y cambiaría el sentido.

 d) De los dos puntos. 1. ° Cuando se sienta una proposición general y en seguida se comprueba y explica con otras oraciones, se la separa de estas por medio de los dos puntos; como, por ejemplo: No aflige a los mortales vicio más pernicioso que el juego: por él gentes muy acomodadas han venido a parar en la mayor miseria, y aun en el patíbulo; por él, además del caudal, pierde el hombre la vergüenza y hasta la estimación de sí propio.

2.° Cuando a una o varias oraciones sigue otra que es consecuencia o resumen de lo que antecede, esta se ha de separar con dos puntos, como en el ejemplo que sigue: Aquel que por sus riquezas y esplendor fue tan aplaudido como envidiado cuando entraba triunfante por las puertas de Constantinopla, y cuyo nombre era respetado y temido desde la capital del Imperio hasta el confín de los arenales de la Líbia, murió ciego, pobre, olvidado y mendigando su alimento de puerta en puerta:¡raro y espantoso ejemplo de las vicisitudes de la fortuna!

3. ° En los decretos y sentencias, bandos y edictos se ponen dos puntos al final de cada motivo o fundamento de la resolución, aunque estos van en párrafos distintos y principian con letra mayúscula. En certificaciones y memoriales también se ponen dos puntos antes de ciertos párrafos con letra inicial mayúscula.

4. ° Citando palabras textuales, se han de poner dos puntos antes del primer vocablo de la cita, el cual suele principiar con mayúscula; v. gr.: Cicerón en sus Oficios dice a este propósito lo siguiente: No hay cosa que tanto degrade al hombre como la envidia.

5. ° También se emplean los dos puntos después del Muy señor mío y otras expresiones semejantes con que se suele dar principio a las cartas; v. gr.: Muy señor mío: Sírvase usted tomar a su cargo, etc.; Amigo mío: En contestación a la estimada de usted, etc.

e) Después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra mayúscula o minúscula el vocablo que sigue.

f) Del punto. 1. ° Se pone punto cuando el período forma sentido completo, en términos de poderse pasar a otro nuevo sin quedar pendiente la comprensión de aquel. Es la mayor pausa sintáctica que la ortografía señala. En la lectura, la duración de la pausa indicada por el punto puede variar más o menos, según el sentido y la interpretación del lector; pero en todo caso, es mayor que la que señalan la coma y el punto y coma.

En la escritura, se le llama punto y seguido (o punto seguido), cuando el texto continúa inmediatamente después del punto en el mismo renglón, o en el siguiente sin blanco inicial; y punto y aparte (o punto aparte), cuando termina párrafo, y el texto continúa en otro renglón más entrado o más saliente que los demás de la plana. Por último, punto final es el que acaba un escrito o una división importante del texto (parte, capítulo, etc.).

2. ° Resta advertir que en toda clase de escritos suelen hacerse después del punto final ciertas separaciones o divisiones llamadas párrafos, cada una de las cuales ha de empezar en renglón distinto de aquel en que acabe el anterior, y más adentro que las otras líneas de la plana. Deben principalmente usarse tales divisiones cuando se va a pasar a diverso asunto, o bien a considerar el mismo desde otro aspecto.

g) De los puntos suspensivos. 1. ° Cuando conviene al escritor dejar la oración incompleta y el sentido suspenso, lo denota con los puntos suspensivos; v. gr.: Él concitó la plebe contra los patricios; él acaudilló y juramentó a los mozos más corrompidos y perversos de la República para subvertidla con su auxilio; él sobornó con oro y con promesas... Pero ¿a qué repetir lo que a todos es notorio?

2. ° Si en una cláusula de completo sentido gramatical se necesita pararse un poco, expresando temor o duda, o para sorprender al lector con lo inesperado de la salida, se indicará la pausa con puntos suspensivos; v. gr.: ¿Le diré que ha muerto su padre?... No tengo valor para tanto; Se citó a junta, distribuyéronse centenares de esquelas, y llegamos a reunirnos... cuatro personas.

3. ° También se usan dichos puntos cuando se copia algún texto o autoridad los cuales no hace al caso insertar íntegros, indicando así lo que se omite.

h) De la interrogación y la admiración. 1. ° Los signos de interrogación y de admiración se ponen al principio y al fin de la oración que deba llevarlos: ¿Dónde estás?; ¿A qué vienes?; ¿Te veré mañana?; ¡Qué asombro!; ¡Ay de mí!

2. ° Si las oraciones con interrogación o admiración son varias, breves y seguidas, no hay necesidad de que, exceptuada la primera, empiecen con mayúscula: ¿Dónde has estado?, ¿qué has hecho en tantos días?, ¿cómo no te pusiste en camino, así que recibiste mi carta?; ¡Cuánto engaño!, ¡cuánta perfidia!, ¡qué impudencia!

3. ° Cuando lo escrito después de la interrogación o la admiración fuere complemento de la pregunta o de la frase admirativa, no comenzará con letra mayúscula: ¿Digo yo que no tengas razón?, contestó Blas a Diego; ¡A las armas!, gritaron todos.

4. ° El signo de principio de interrogación o admiración se ha de colocar donde empieza la pregunta o el sentido admirativo, aunque allí no comience el período; v. gr.: Privado del racional discurso, ¿qué es el hombre sino una criatura desvalida, inferior a los brutos? Y si la caprichosa fortuna lo encumbra en alto puesto, ¡cuántas lágrimas y ruina y sangre le cercarán en torno!

5. ° El signo de principio de interrogación o admiración refleja el movimiento de la entonación en las frases de este tipo, da claridad a la escritura, y no debe suprimirse por imitar, con mal acuerdo, la ortografía de lenguas extranjeras, que solo usa el signo final.

6. ° Hay cláusulas que son al par interrogativas y admirativas, y en ellas podrá ponerse nota de admiración al principio y de interrogación al fin, o viceversa: ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte? ¿Qué persecución es esta, Dios mío!

i) Del paréntesis. 1.° Cuando se interrumpe el sentido y giro del discurso con una oración aclaratoria o incidental y esta es larga o tiene conexión escasa con lo anterior, se encierra dentro de un paréntesis, como en el siguiente ejemplo: Acostados todos en un género de lechos que rodeaban la mesa (pues los romanos comían tendidos y soslayado el cuerpo sobre el codo izquierdo), empezó a echarles en cara la tibieza de su fe, etc.

2. ° En este ejemplo se ha puesto como después del paréntesis porque allí finaliza el miembro del periodo con que va unida la oración comprendida en el paréntesis; y al fin de él o dentro se ha de usar, además, la puntuación que la cláusula necesitare. Cuando el paréntesis termine la cláusula de que depende, el punto final irá fuera.

3. ° En las obras dramáticas suele encerrarse entre paréntesis lo que los interlocutores dicen aparte. Para que tales paréntesis no se confundan con otros convendría valerse de los rectangulares, en esta forma [ ], que algunos impresores usaban en el siglo pasado. El punto final de los apartes va colocado dentro del paréntesis.

4. ° Empléase también el paréntesis curvo para encerrar en él noticias o datos aclaratorios, explicaciones de abreviaturas, etc.; y el rectangular, para indicar en la copia de códices o inscripciones lo que falta en el original y se suple conjeturalmente. Ejemplos: El hijo del rayo de guerra, Carlos V (D. Juan De Austria); Perdió Boabdil a Granada en la hégira 897 (1492); Imp (eratori) Caes (ari) [Nervae] Traiano [Aug (usto)] p (ontifici) m (aximo). etc.

1.8.6 De la diéresis o crema. — El uso de la diéresis solo es preceptivo para indicar que ha de pronunciarse la u en las combinaciones gue, gui: pingüe, pingüino, argüir /ar.gu.ír/. Véase el § 1.8.1A, 2. °. Queda a salvo el uso discrecional cuando, por licencia poética o con otro propósito, interese una pronunciación determinada 50.

1.8.7 De las comillas. — a) Para distinguir las palabras sobre las cuales quiere el que escribe llamar particularmente la atención del lector, se subrayan en lo manuscrito; y en lo impreso se ponen de letra cursiva, y a veces con versales u otras que resalten por su figura o su tamaño. Se practica lo mismo con las voces o citas en idioma extranjero, con el texto literal de citas en castellano, con los títulos de libros y con las dicciones y cláusulas que en las obras de enseñanza y otras se ponen por ejemplo. Mas cuando las cláusulas de este género tienen alguna extensión o llenan varias líneas, se les suelen poner comillas inversas al principio de cada uno de los renglones que ocupan; v. gr.: Dice un escritor célebre: «El hombre tiene aptitud, por su naturaleza, para habitar en todos los países del mundo: en los arenales del desierto, en los montes más encumbrados, en los climas polares puede vivir y propagarse. No así los animales, que, sujetos a más estrechos límites, perecen fuera de ellos o arrastran vida penosa.»

b) Las comillas simples (‘ ’ o , ’) se usan al principio y ao final de una palabra o frase incluidas como cita o puestas de relieve dentro de un texto entrecomillado más extenso. También se emplean para indicar que una palabra está usada en su valor conceptual o como definición de otra, ejemplo: espiar ‘acechar’.

1.8.8. Del guión. — a) Cada vocablo de por sí, ya simple, como guardia, poner, ya compuesto, como salvaguardia, reponer, se ha de escribir aislado, o con entera separación del que le preceda o siga. Sin embargo, en la escritura hay necesidad muchas veces de dividir una palabra, y entonces se ha de observar lo siguiente:

b) Cuando al fin del renglón no cupiere un vocablo entero, se escribirá solo una parte, la cual siempre ha de formar sílaba cabal. Así, las palabras con-ca-vi-dad, pro-tes-ta, sub-si-guien-te, podrán dividirse a fin de renglón por donde señalan los guiones que van interpuesto en dichas voces, mas no de otra suerte.

c) Esto no obstante, cuando un compuesto sea claramente analizable como formado de palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o de una de estas palabras y un prefijo, será potestativo dividir el compuesto separando sus componentes, aunque no coincida la división con el silabeo del compuesto. Así, podrá dividirse no-sotros o nos-otros, de-samparo o des-amparo.

d) Como cualquiera diptongo o triptongo no forma sino una sílaba, no deben dividirse las letras que lo componen. Así, se escribirá gra-cio-so, tiem-po, no-ti-ciáis, a-ve-ri-güéis.

e) Cuando la primera o la última sílaba de una palabra fuere una vocal, se evitará poner esta letra sola en fin o en principio de línea.

f) Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea con h precedida de consonante, se dejará esta al fin del reglón y se comenzará el siguiente con la h: al-haraca, in-humación, clor-hidrato, des-hidratar.

g) En las dicciones compuestas de preposición castellana o latina, cuando después de ella viene una s y otra consonante además, como en constante, inspirar, obstar, perspicacia, se han de dividir las sílabas agregando la s a la preoposición y escribiendo, por consiguiente, cons-tan-te, ins-pi-rar, obs-tar, pers-pi-ca-cia.

h) La ch y la ll, letras simples en su pronunciación y dobles en su figura, no se desunirán jamás. Así, co-che y ca-lle se dividirán como aquí se ve. La erre (rr) se halla en el mismo caso, y por ello debe evitarse separar los dos signos de que consta, que habrán de ponerse de esta manera: ca-rre-ta, pe-rro.

i) Cuando los gentilicios de dos pueblos o territorios formen un compuesto aplicable a una tercera entidad geográfica o política en la que se han fundido los caracteres de ambos pueblos o territorios, dicho compuesto se escribirá sin separación de sus elementos: hispanoamericano, checoslovaco, afroantillano. En los demás casos, es decir, cuando no hay fusión, sino oposición o contraste entre los elementos componentes, se unirán estos con guión: franco-prusiano, germano-soviético.

1.8.9 De la ortografía de las palabras extranjeras. — Los nombres propios extranjeros se escribirán, en general, sin ponerles ningún acento que no tengan en el idioma a que pertenecen; pero podrán acentuarse a la española cuando lo permitan su pronunciación y grafía originales: Schlegel o Schlégel, Wagner o Wágner, Schubert o Schúbert; Lyon o Lyón, Windsor o Wíndsor. Si se trata de nombres geográficos ya incorporados a nuestra lengua o adaptados a su fonética, tales nombres no se han de considerar extranjeros y habrán de acentuarse gráficamente de conformidad con las leyes generales: París, Berlín, Turín, Nápoles, Támesis. 1.8.10 De la raya. — 1. ° Este signo se emplea en los diálogos, como puede verse en el ejemplo siguiente: Maravillado el capitán del valor de aquel soldado, le mandó venir a su presencia y le dijo: — ¿Cómo te llamas? — Andrés Pereda, contestó el valiente. — ¿De dónde eres? — De Castilla. — ¿De qué pueblo? — De Bercimuel.

2. ° Empléase también al principio y al fin de oraciones intercalares completamente desligadas, por el sentido, del período en que se introducen: Los celtíberos —no siempre habían de ser juguetes de Roma— ocasionaron la muerte de los dos Escipiones.

3. ° Sirve asimismo para indicar la palabra que se ha de entender suplida dentro de un mismo renglón; ejemplo: Sanar de la enfermedad. —por ensalmo. Secar al aire. —con un paño. Seguir con la empresa. —de cerca. —en el intento. —para Cádiz, etc.

O en renglones diferentes, como en el índice alfabético de un libro:

Verbos: intransitivos.

— transitivos.
— irregulares.
— regulares.

1.8.11. De las dos rayas. — Este signo se usaba para dividir algunas palabras compuestas; actualmente se emplea solo en las copias, para denotar que en el original se pasa a párrafo distinto.

1.8.12. De otros signos auxiliares. — a) Apóstrofo (‘). Solía emplearse antiguamente, sobre todo en poesía, colocado a la mayor altura de los palos de las letras, con el fin de indicar la omisión o elisión de una vocal: d’aquel, por de aquel; l’aspereza, por la aspereza; qu’es, por que es. Recientemente, y para evitar dudas al lector, se ha restablecido en algunas reimpresiones de obras antiguas, donde palabras de esta clase aparecen como si fuera una sola; v. gr.: daquel, laspereza, ques.

b) Párrafo (§). Sirvió en lo antiguo para distinguir los diversos miembros de un escrito, y como signatura de pliegos impresos. Ahora se emplea en los libros, seguido del número que corresponda, para indicar divisiones internas de los capítulos: § 12, § 13, etc.

c) Calderón (¶). Tuvo antiguamente los mismos oficios que el signo anterior. Ahora se emplea en lo impreso para señalar alguna observación especial.

d) Asterisco (*). Es una estrellita que se pone sencilla, doble o triple en ciertas palabras del texto, como llamada a nota que en el margen o al pie de la plana va encabezada con el mismo signo. Para igual fin se emplean letras, números, cruces, etc., en vez de asteriscos. En obras de lingüística se coloca delante de las formas cuya existencia se supone sin estar documentada.

e) Llave o corchete ({}). Su oficio es abrazar diversas partidas en una cuenta, varios miembros en un cuadro sinóptico, etc., que deben considerarse agrupados y unidos para determinado fin. f) Manecilla - Puesta al margen o en el texto de un escrito, da a entender que lo señalado por ella es particularmente útil o interesante.

Cualidades del sonido
Las cualidades del sonido son la intensidad, el tono y el timbre.
Intensidad: Es la fuerza con que se produce un sonido. Cuando se habla a una persona o a muchas, la intensidad es distinta.

Tono: Es la altura musical del sonido. En la voz humana depende de la mayor tensión de las cuerdas vocales.

Timbre: Es el metal característico de los sonidos. Nos permite distinguir los que tienen el mismo tono e intensidad producidos por instrumentos distintos.

Entonación Enunciativa
Al leer el texto, tenemos que hacer pausas o interrupciones, bien sea para expresar lo que quiere decir el autor o, simplemente, para respirar. En el lenguaje escrito, esas pausas se señalan, muchas veces, mediante signos de puntuación.

La porción del discurso comprendida entre dos pausas se llama unidad melódica o grupo fónico.

El grupo fónico puede constar de:

Una sola palabra. Ejemplo, sí.
Varias palabras. Ejemplo: desde la noche oscura.
Una oración. Ejemplo: aquí termina todo.
La unidad melódica o grupo fónico es la mínima porción del discurso que tiene una forma musical determinada y significa por sí misma.

ESTRUCTURA DEL GRUPO FONICO
Produzcamos el siguiente grupo fónico: Nos pidieron el carro prestado.
Vemos que tiene tres partes: inicial, interior y final.
Inicial: La voz asciende, hasta alcanzar la primera sílaba acentuada.

Interior: La voz tiene un nivel relativamente uniforme, aunque presenta ligeros ascensos y descensos.
Final: La voz inicia un marcado descenso en la última sílaba acentuada. A esta parte se le llama TONEMA.
La entonación española puede tener cinco tonemas:
Cadencia: tonema final con descanso de la voz de unos 8 semitonos.
Semicadencia: descenso de la voz de unos 3 o 4 semitonos.
Anticadencia: ascenso en la voz de 4 a 5 semitonos.
Semianticadencia: asenso en la voz de 2 o 3 semitonos.
Suspensión: sin ascenso, ni descenso.
Entonación de la oración enunciativa
La oración enunciativa es aquella que expresa un juicio determinado: afirma o niega algo. Su entonación termina con tonema de cadencia.

El descenso de la voz en la cadencia expresa que tenemos la certeza necesaria para afirmar o negar algo. Ejemplo: La mañana está limpia y fresca.

En español, la oración enunciativa puede presentar los siguientes casos:

• Tener un solo grupo fónico: el tonema es de cadencia. Ejemplo: Las velas son blancas.

• Tener dos grupos fónicos: el primero termina en anticadencia y el segundo en cadencia. Ejemplo: Yo no digo esta canción// sino a quien conmigo va.

• Tener tres grupos fónicos: Los dos primeros terminan en anticadencia y el último en cadencia. Ejemplo: En el bajel// viene un marinero// entonando una canción.



ENTONACION INTERROGATIVA
CLASES DE INTERROGACIONES DEL ESPAÑOL

En español, la pregunta presenta distintas formas:
Pregunta absoluta: La persona que pregunta ignora cuál será la respuesta. Se contestan con si o no. Su entonación se realiza de la siguiente manera:

• En la primera sílaba acentuada, la voz se eleva por encima del tono normal.

• Después, desciende gradualmente hasta la penúltima sílaba acentuada.

• Vuelve a elevarse en la última sílaba: ejemplo, ¿vienes más tarde?.

Pregunta relativa: El interrogador puede prever, más o menos la respuesta pero no tiene plena certidumbre al respecto. A veces, se hace con el objetivo de cerciorarnos de algo de lo cual tenemos alguna idea.

• Al principio de la oración se eleva un poco, menos que en la pregunta absoluta.

• Se mantiene, luego, en un tono casi uniforme. Ejemplo: ¿podré elegir la carrera que quiera?

• Al llegar a la última sílaba acentuada, asciende hasta más arriba del tono normal.

• Después desciende hasta terminar la oración.

Este ascenso y descenso que se da sobre la última sílaba acentuada se llama inflexión circunfleja y es la principal característica de la pregunta relativa.

Cuando la pregunta absoluta o relativa resulta muy larga se divide en dos o más grupos fónicos; el último termina en tonema ascendente. Ejemplo: ¿recuerdas los momentos alegres pasados en nuestras vacaciones al pie del mar?.

LA ORACION INTERROGATIVA
¿Quién está dentro de la casa?

Esta pregunta empieza por el pronombre interrogativo quién. Este tipo de oraciones interrogativas que empiezan por pronombres o por adverbios interrogativos tienen una marcada elevación sobre la sílaba acentuada del interrogativo; pero la entonación del final de la oración presenta notables diferencias: pueden terminar con tonema ascendente, descendente o con inflexión circunfleja, según lo que se quiera significar con la pregunta.

Si se está seguro de que alguien ejecuta una acción pero se quiere saber quién es, la oración tiene un sentido imperativo y su entonación se realiza de la siguiente manera:

• Hay una marcada entonación de la voz en la primera sílaba que es acentuada.

• Luego hay descenso rápido y progresivo.

• El descenso se marca más claramente en la sílaba final.

Si hay inseguridad por parte del hablante, o éste quiere dirigirse de una manera cortés hacia el interrogado, se da una expresión más suave a la interrogación, como se explica a continuación:

• Hay ascenso de la voz, en la primera sílaba.

• Después de la primera sílaba, la voz desciende.

• En la última sílaba, la voz asciende.

Cuando desea expresarse alguna sorpresa o extrañeza por el hecho, la entonación tiene las siguientes etapas:

• Ascenso de la voz, en la primera sílaba.

• Descenso de la voz en las sílabas siguientes.

• Inflexión circunfleja sobre la última sílaba acentuada: elevación de la voz, seguida de un rápido descenso.

ENTONACION EXCLAMATIVA
Definición: Son las que expresan sentimientos, emociones. Su significado es emotivo o expresivo.

Para expresar las emociones, no bastan las palabras: s necesario acompañarlas de una entonación correspondiente al sentimiento que desea expresarse. En muchas ocasiones, es la entonación y no las palabras lo que agrada, desagrada, ofende, satisface o convence. La emoción que altera la serenidad de nuestro estado de ánimo, afecta los movimientos musculares del aparato fonatorio y ésto se manifiesta en la entonación, o sea, en el tono de la voz: “Mal puede tener la voz tranquila quien , tiene el corazón temblando” (Lope de Vega).

Clases: La entonación de la exclamación puede ser de tres clases: descendente, ascendente u ondulada.

Exclamación descendente

Se usa para expresar:

1. Sentimientos de compasión, decepción, resignación, disgusto, reproche.

2. Admiración o sorpresa moderada.

3. Estados emocionales más intensos de admiración, amenaza, exageración, etc. En este caso, se acompañan de pronunciación más lenta y acento más fuerte.

Ejemplo: ¡Qué día tan maravilloso!



Exclamación ascendente

Se presenta:
1. En expresiones que indican sorpresa o extrañeza ante una situación considerada injusta y que llevan, al mismo tiempo, intención de protesta o exigencia de rectificación.

2. En oraciones que expresan inconformidad, censura o reprobación.

Ejemplo: ¡Pero si yo la vi ahora!

Exclamación ondulada

Expresa estados de ánimo de fuerte alegría, dolor, entusiasmo, desesperación o admiración, hacia las personas o cosas de la cuales se habla. Las oraciones que tienen este tipo de entonación s caracterizan por una pronunciación lenta.

Ejemplo: ¡Me parece que no estamos preparados!

ENTONACION VOLITIVA
Definición: Es la entonación mediante la cual se expresa deseos.

TIPOS
Mandato: Se basa en la posición de autoridad o superioridad que tiene la persona que habla, con respecto al oyente. En ella, la realización del deseo depende de la actuación del hablante que puede ser recomendación, invitación u orden.
Se caracteriza por la intensidad o energía con que se pronuncian las sílabas de aquellas palabras básicas, en la expresión del mandato.
Ruego: Refleja actitudes de humildad, sumisión, obediencia o timidez.

La realización del deseo depende de la condescendencia del oyente.
Se caracteriza por la blandura de la modulación y la suavidad del acento; en ella no hay aumento de energía. La vocal de las sílaba donde se concentra el ruego, tienen un marcado alargamiento, una mayor duración.





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