En educación la
calidad es el compromiso ético con la excelencia, porque sólo los valores
asociados a la movilización
y sensibilización colectiva de toda
una comunidad pueden generar productos y servicios de calidad. Una comunidad con
una filosofía de vida y una ética de trabajo participativa es no solo
competitiva, sino, también sana culturalmente y tiene objetivos estratégicos
de bienestar.