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lunes, 27 de septiembre de 2010

EL TEXTO


Estructura. Unidades del contenido

Todos los textos tienen una ordenación (externa e interna) a la que llamamos estructura del texto.
La estructura externa responde a la disposición formal que adopta un texto, es decir, las agrupaciones que presenta en párrafos, escenas, estrofas ... Detectar esta estructura es un medio para acercarnos a la estructura interna que a veces se corresponde en mayor o menor medida con la estructura externa.
La estructura interna es la disposición de un texto respecto a la ordenación del contenido. A su vez esta forma de presentarnos el contenido depende, en cierta manera, del género al que pertenece el texto (narrativo, descriptivo, ...) y también de la voluntad del autor, que puede jugar con ella según su intención. Podemos señalar, no obstante, algunos esquemas que se repiten:
  • Estructura analizante o deductiva: se parte de un hecho general (en los textos argumentativos de la tesis) y después se desarrollan a través de matices.
Estructura sintetizante o inductiva: inverso al anterior, expone unas ideas y obtiene una conclusión. En el caso de textos argumentativos es la tesis la que aparece al final, hablando por ello de argumentación inductiva.
Estructura de encuadre, circular o enmarcada: al principio y al final aparece la misma idea, expresada en similares términos, dejando lugar entre estos márgenes para desarrollar matices particulares.
Estructura paralela: varias ideas transcurren desde el principio teniendo cada una su evolución. No hay subordinación de unas otras por contenido, sino que todas tienen la misma importancia semántica.
  • Estructura interrogativa: una pregunta que inicia el discurso y que se responde a lo largo del texto, o varias preguntas que se contestan con una sola respuesta.
  • Estructura repetitiva: se reitera la misma idea, la misma tesis a lo largo del texto.
A cualquier estructura se la puede calificar en general, como clara-confusa (si el contenido se resuelve o no perfectamente en los moldes estructurales); abierta-cerrada (si el texto deja la posibilidad de ser completado, o por el contrario, se establecen los límites de cierre); ordenada-caótica (si los hechos se disponen de forma lógica, o lo hacen de forma arbitraria); ...
Para nuestro trabajo la tarea de describir la estructura de un texto consiste en:
  1. Establecer los núcleos temáticos y los subnúcleos.
  2. Analizar la relación de las unidades temáticas.
  3. Delimitar la estructura dependiendo del tipo de texto que estemos analizando.
La mayoría de los textos que aparecen en las pruebas de acceso a la universidad son argumentativos, por este motivo vamos a detenernos en su caracterización. Todo texto argumentativo exige unas categorías básicas para conformarse:
  • Un tema para ser discutido
  • Un sujeto que interpreta los hechos
  • Una tesis u opinión.
  • Razones que apoyan la tesis
  • Una conclusión.
  • Un marco de argumentación, características pragmáticas: tema, interlocutores, situación sociolingüística, ...
En toda argumentación existen tres elementos importantes en su estructura: la tesis, el cuerpo de la argumentación y la conclusión . La argumentación sigue un método u otro (deductivo, inductivo, ...) dependiendo de la posición que ocupa la tesis.
El cuerpo de la argumentación está formado por el proceso lógico que confirma o refuta la idea principal (argumentación deductiva) o que la elabora (argumentación inductiva). En cualquier caso el emisor defiende su tesis valiéndose de argumentos. Veamos los más significativos:
Tipos de argumento
Caracterización
1. Analógico
Establece paralelismos entre lo argumentado y otros hechos.
2. Ejemplificación
Casos particulares (anécdotas, cuentos, ...) se utilizan para extraer una regla general
3. Autoridad.
Se fundamenta en el respeto que merece una persona de prestigio que ha opinado sobre el tema
4. De citas.
Se reproducen textualmente las palabras de una persona entendida en la materia
5. Generalización indiscutible
Se apoya en ideas que están vinculadas al principio de verosimilitud
6. Criterio sapiencial
Se basa en el saber popular: refranes, proverbios, máximas, sentencias, ...
7. De probabilidades
Se apoya en datos o estadísticas. Su importancia estriba en el carácter empírico del argumento.
El autor de un texto puede defender su tesis no sólo mediante argumentos a su favor. Por el contrario, es frecuente hacer uso de argumentos que la refuten, para luego destruirlos mediante razonamientos lógicos. Se trata de un procedimiento agresivo con el que demuestra a los receptores que las objeciones a su tesis han sido comprobadas e invalidadas.
También en ocasiones los argumentos son sólo falacias (tratan de desviar la línea argumentativa refiriéndose a elementos del discurso ajenos a la tesis). Existen varios tipos
Tipos de falacia
Caracterización
1. Ad hominem (contra el hombre)
Ataca la credibilidad de una autoridad o de una persona que mantiene una opinión.
2. Ad baculum (hacia el bastón)
Usa argumentos que remiten al poder de alguna persona o cosa.
3. Ad populum (hacia el pueblo)
Utiliza argumentos para despertar la emoción del público.
4. Ad verecundiam (hacia la autoridad)
Se hace uso de una autoridad no relacionada con la materia.
5. Ad ignorantiam (hacia la ignorancia)
Si el argumento no ha sido probado o es falso.
La argumentación en el discurso y en el texto es ante todo contextual. Las conclusiones y argumentos en que se apoyan son válidos en tanto en cuanto se circunscriben a lo que se supone razonable para esa situación.
Las características lingüísticas de un texto argumentativo dependen de una serie de factores contextuales que varían de un texto a otro: la intención comunicativa, el género textual, el tono y actitud del emisor, ...
Por otro lado el tema abordado en el texto argumentativo determina su configuración lingüística. Por ejemplo, en los textos argumentativos de ámbito científico el autor se preocupará por conseguir una validez universal, un mayor rigor y precisión; en los textos de ámbito periodístico estará más preocupado por los valores de aceptación del receptor, y en los de ámbito literario la preocupación mayor será la estética.

 

Procedimientos para marcar la cohesión. Conectores y marcadores del discurso.

Los conectores, llamados también marcadores del discurso (quizá con más propiedad) no ejercen sólo una función sintáctica sino que muchos de ellos tienen una capacidad modalizadora, otros actúan como operadores argumentativos, ... Por esta causa no es extraño que el paradigma de los conectores sea muy difícil de sistematizar, no sólo porque no constituyen una clase de palabras homogéneas, sino también porque cumplen funciones discursivas muy variadas.
No obstante suele tener ciertas propiedades caracterizadoras:
    • Fónicamente: escaso cuerpo fónico y entonación propia.
    • Morfológicamente: son palabras o grupos de palabras invariables.
    • Sintácticamente: no desempeñan función, son meros índices.
    • Semánticamente: carecen contenido.
    • Pagmáticamente: relacionan el enunciado con el contexto situacional, con los participantes, ...
Conectores y marcadores del discurso. Clasificación.
  • Estructuradores de la información.
Son aquellos que distribuyen y ordenan la materia discursiva. Diferenciaremos:
Comentadores. Introducen una expansión, una respuesta en intervenciones reactivas. Ejemplo: pues, pues bien, ...
Disgresores. Introducen un comentario lateral, a veces mostrando el punto de vista del emisor. Ejemplo: a propósito, por cierto, ...
Ordenadores. Se disponen a lo largo de un texto y su base es la enumeración y pueden funcionar como:
·         Introductores: para empezar, ante todo, ...
·         Continuativos: entonces, vamos, además, ...
·         Enumerativos: en primer lugar, después, ...
·         Conclusivos: en fin, en resumen, ...
  • Conectores.
Son segmentos discursivos que establecen relaciones lógico-semánticas de adición, contraste, causa, consecuencia, condición, finalidad, sucesión temporal. Habitualmente son las conjunciones y locuciones conjuntivas pero pueden ser también conectores de tipo adverbial o preposicional.
·         Aditivos: y, ni, asímismo, ...
·         Adversativos: pero, aunque, sin embargo, ...
·         Consecutivos: así pues, así que, por consiguiente,...
·         Causales: porque, ya que, ...
·         Condicionales: si, siempre que, ...
·         Temporales: entonces, luego, ...
  • Reformuladores.
Son los que implican una reflexión metadiscursiva, es decir, que sirven para reforzar una relación de equivalencia, reformulación o paráfrasis (es decir, o sea, ...); para hacer más creíble y evidente lo que se ha dicho (por ejemplo, a saber, ...); como síntesis o resumen (en fin, total que, ...); para la rectificación (o, mejor dicho, ...) y finalmente los llamados reformuladores de distanciamiento que indican que lo contenido en los enunciados precedentes no es tan relevante como la nueva formulación que ellos introducen (en cualquier caso, de todos modos, ...)
  • Operadores argumentativos.
Introducen enunciados que condicionan las posibilidades argumentativas del discurso, pero no mantienen relaciones condicionantes con los enunciados previos. Unos refuerzan la argumentación. Otros presentan el miembro que introducen como una concreción o ejemplo de lo anteriormente dicho. Por ejemplo:
Hoy las lenguas, en particular el inglés ....
  • Marcadores conversacionales.
El discurso conversacional, caracterizado por la presencia de dos o más interlocutores que sin planificación previa hacen progresar el discurso, ha consolidado la existencia de unos marcadores conversacionales que contribuyen a mantener la relación comunicativa entre los hablantes. Muchos de los marcadores conversacionales pueden constituir un enunciado y ser réplica en un turno de palabra. Se pueden distinguir varios tipos de marcadores:
Modalidad epistémica. Son atenuadores o reforzadores de la opinión. Ejemplos: desde luego, en efecto, claro, ...
Modalidad deóntica. Reflejan actitudes del hablante en las que acepta o no lo que se infiere en el discurso. Ejemplo: bueno, bien, vale, venga, ...
Subrayan la alteridad de las conversaciones. Secuencias como por ejemplo: oye, mira, hombre, tío, ...
Marcadores metadiscursivos. Son los que muestran los esfuerzos del hablante por construir un texto coherente siempre condicionado por la inmediatez .
Los conectores y los marcadores del discurso pueden actuar en diferentes niveles discursivos: el de la interacción, el de la argumentación, ...
La conexión textual no sólo se refiere las relaciones textuales superficiales, sino que también muestra las relaciones que se refieren al destinatario. Esto explica por qué muchos conectores tienen una capacidad modalizadora; o sirven de explicación; o actúan como operadores argumentativos. Por este motivo, el paradigma de los conectores es muy heterogéneo, ya que está formado por elementos que tienen un origen subjetivo.

 

TEMA Y REMA

Realizado el resumen es más sencillo determinar el tema, ya que debe recoger la idea principal, incluyendo a ser posible, la intención del autor.
El tema es en núcleo del texto, aquello de lo que se habla o se escribe, el hilo conductor que da sentido al contenido del texto y a su organización. Sin tema no puede haber coherencia. Los diversos aspectos del tema suelen aparecer tratados a lo largo de los párrafos. El tema responde a la pregunta ¿cuál es el concepto básico del texto?.
Los conceptos de tema / rema se han revelado como realmente operativos en el ámbito del texto como unidad supraoracional. Al aplicarse al texto como instrumento de análisis, tema y rema aparecen ligeramente redefinidos, como el elemento básico de cohesión del discurso, al asegurar la concatenación de las oraciones que lo integran.
El tema se refiere a lo ya conocido o propuesto, y que en consecuencia posee la menor información en un contexto o en una situación de enunciación.
El rema aporta el contenido fundamental en un contexto dado o en una situación determinada; lo que expresa lo nuevo, lo que se comunica acerca del tema; es decir, lo que resulta más rico en información con respecto al tema.
Resultado de la relación entre tema / rema, aparecerá la idea .
La información del texto progresa gracias a que se avanza en el rema. Cuando la información no tiene conexión con el tema o rema anterior, decimos que es incoherente. Por el contrario, cuando la información repite la misma idea expresada ya en el tema se denomina redundancia.
La expresión verbal del tema suele traer ciertas dificultades puesto que ha de tratarse de un enunciado lo suficientemente sintético y a la vez completo para significar todo el contenido del texto.
  • ¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de establecer el tema?
    • Recoger el contenido global.
    • Dejar al lado los ejemplos.
    • Ceñirse al texto y no ser demasiado abarcador.
    • Evitar frases que llamen la atención
La fórmula tradicional, y no por ello menos válida a la hora de verbalizar el tema de un texto, es comenzar por un sustantivo abstracto que luego matizamos convenientemente. Sin embargo, lo imprescindible es haber destacado previamente las ideas vertidas en el texto y reconocer el denominador común que las englobaría; después llegará la expresión verbalizada.
El título, en ocasiones, es útil porque nos puede ayudar a comprender mejor el texto. Pero no siempre es así, en otras ocasiones el título tiene una intención clara: llamar la atención del receptor.
Las clases de título más frecuentes que podemos encontrar son:
Explicativos
Anuncian el contenido de lo que se va a tratar. Formado por un sintagma nominal seguido de dos puntos y una explicación o enumeración.
Humorísticos
Se basan en juegos de palabras, calambures, vocablos con doble sentido,...
Interrogativos
Como su nombre indica se trata de una pregunta. Tiene la intención de llamar la atención del receptor.
Exclamativos
Usan los signos de admiración y expresan los sentimientos del emisor
Literarios
Utilizan recursos propios de la lengua literaria, como la metáfora, la comparación, metonimia, ...

  Progresión temática

Ya hemos visto en el apartado anterior la importancia del tema / rema. El primero tiene la función de insertar la oración en un contexto, es necesario para que la oración tenga coherencia con lo que se viene diciendo. El rema permite lograr nuevos conocimientos sobre el tema y hace que el texto progrese.
Bustos Gisbert sugiere cuatro tipos de progresión textual que, por su parte, se relacionan con ciertos tipos de textos. Se trata de :
  • Progresión lineal: cuando el rema de una oración se convierte en tema de la siguiente.
    • Ejemplo: Tengo un perro. Lo elegí entre varios. Tiene un nombre muy bonito. ...
Esta progresión es frecuente en los textos narrativos y descriptivos.
  • Progresión constante: el tema de una oración se repite como tema de la siguiente o de las siguientes.
    • Ejemplo: Mi perro se llama Rex. Es podenco. Ningún perro le supera en inteligencia. ...
Este tipo de progresión aparece en textos descriptivos y expositivos.
  • Progresión derivada: se da un hipertema que se divide en varios subtemas. Se da frecuentemente en textos expositivos.
  • Progresión convergente: el tema resulta de la suma de dos o más ideas expresadas anteriormente. Aparece en todos los textos, sobre todo, en los de carácter conclusivo.
Al analizar un texto se puede comprobar que las formas de progresión temática pueden aparecer combinadas. Es frecuente, encontrar rupturas de la progresión que se producen cuando el tema de un enunciado no se relaciona con la información de los anteriores. Por ejemplo, los marcadores discursivos que indican disgresión (por cierto, otra cosa, ...) señalan la aparición de nuevos contenidos.

EL REGISTRO LINGÜISTICO

El uso diferente y específico de la lengua según circunstancias, situaciones, grupos, ... da lugar a las variedades lingüísticas.
Podemos definir una variedad de lengua como el conjunto de elementos lingüísticos caracterizados (rasgos fonéticos, morfosintácticos y léxicos) que se asocian con un tipo particular de relación geográfica, social o situacional. Basándonos en la distinción usada en sociolingüística diferenciamos:
  • Variedades según el usuario.
    • Distribución geográfica.
    • Distribución social.
  • Variedades según el uso.
    • Situación de uso
Veamos el siguiente cuadro:
Variedades geográficas o diatópicas
Características específicas que adopta una lengua en un lugar determinado.
Variedades sociales o diastráticas
Relacionadas con la distribución y estratificación social de los hablantes (edad, sexo, profesión, ...).
Variedades funcionales o diafásicas
Motivadas por la situación en la que se encuentra el hablante.
A pesar de que existen diferentes criterios para clasificar las modalidades sociales, en líneas generales reciben el nombre de niveles de lengua. Distinguimos cuatro niveles:
  1. Nivel culto. Utiliza el lenguaje con toda la expansión de sus posibilidades, cuidándolo en todos los planos. Este nivel funciona como modelo de corrección. Es el más estable y uniforme en el uso lingüístico.
    • Plano fonético-fonológico:
      • Utiliza procedimientos de enfatización.
      • No admite relajaciones.
      • No se comete ningún vulgarismo.
      • Guarda los matices de expresión fónica.
    • Plano morfosintático:
      • Rigor por medio de las construcciones sintácticas adecuadas.
      • Precisión y riqueza en el uso de tiempos verbales.
    • Plano léxico:
      • Vocabulario preciso.
      • Riqueza de unidades léxicas.
  2. Nivel medio. Se trata de un nivel formal que adapta las exigencias normativas del idioma, aunque es menos rígido que el nivel culto.
  3. Nivel popular / coloquial. Se caracteriza por la subjetividad del hablante, la economía de los medios lingüísticos y la apelación al oyente.
  4. Nivel vulgar. El rasgo que lo define es la alteración de las normas de la lengua. Son los llamados vulgarismos (dequeísmo, relajación de fonemas, términos apocopados,...).
En esta sociedad donde existen al mismo tiempo unidades lingüísticas sociales y variedades lingüísticas geográficas, se hace necesaria la presencia de una variedad que tenga carácter de lengua común y a la que denominamos variedad estándar. Esta variedad representa el uso correcto de normas y hábitos seleccionados y aceptados por los propios hablantes.
El registro.
Las variedades relacionadas con las situaciones de uso son las llamadas variedades diafásicas. El uso individual que el hablante hace de su lengua puede tomar un registro u otro según las circunstancias. Cada hablante tiene la capacidad de cambiar su manera de hablar dependiendo del interlocutor, del contexto, ... Se dice que puede utilizar distintos registros. Los factores que inciden en la selección del registro son:
  1. El medio, modo o canal de expresión que utilicemos. En líneas generales es más espontáneo el uso oral que el escrito; es distinta la lengua de un artículo periodístico que la de un libro; ...
  2. El tema o materia sobre la que se trata. Por ejemplo, la exposición de un comentario poético o filosófico es muy distinta a la de las noticias deportivas.
  3. La atmósfera, es decir, el grado o tipo de relación entre el emisor y el receptor. El registro es más formal cuanta mayor distancia existe entre los interlocutores.
  4. El propósito. El hablante elabora un texto para conseguir una finalidad: orientar, informar, explicar, contar, ...
Al hablar sobre la intencionalidad del emisor podemos relacionar ésta con las funciones del lenguaje a las que dedicaremos especial atención. Según Jackobson diferenciamos las siguientes funciones del lenguaje:
Funciones del lenguaje
Intención comunicativa
Función emotiva o expresiva (emisor)
Inferir elementos de la subjetividad del hablante. Opinar,, expresar actitudes, emociones, ...
Función apelativa o conativa (receptor)
Influir en el oyente. Ordenar, aconsejar, ...
Función representativa o referencial (contexto-referente)
Comunicar contenidos objetivos. Informar, explicar, ...
Función fática (canal)
Iniciar, mantener o cerrar la comunicación.
Función metalingüística (código)
Emplea la lengua para hablar de ella misma.
Función poética (mensaje)
Atraer la atención sobre la forma lingüística.

En este apartado del comentario reflexionamos sobre el registro que utiliza el emisor y los factores que contribuyen a ello (medio, tema, propósito, ...).
Incluimos además el análisis de las funciones lingüísticas relacionándolas con la intención del emisor, aunque también podríamos reflexionar sobre ellas en el apartado de modalización.
El esquema siguiente sirve de síntesis a todo lo dicho anteriormente:

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